Es el centro de la ciudad y el punto de encuentro de todo el mundo. Está rodeada de casas góticas, renacentistas y barrocas que, tras su destrucción en 1945, fueron perfectamente restauradas. Las fachadas, de cálidos tonos pastel, están en ocasiones decoradas con pinturas, como las de los nos 58, 66 y 73. Observe en los nos 78-79, la fachada con un frontón rematado mediante esculturas del palacio Dzialynski, del s. XVIII y estilo barroco, dominado por un pelícano con las alas extendidas. Los días de sol la plaza se llena de terrazas y sombrillas.