El puente, cuyos orígenes se remontan a la época romana, fue erigido en el s. XIV, cubierto en 1583 y reconstruido después de la II Guerra Mundial basándose en el modelo original. Aún se aprecian los antiguos pilares río arriba. Por detrás se extiende el Borgo Ticino, antiguo barrio de pescadores al que las mujeres venían para lavar la ropa (como ilustra la estatua de una lavandera a orillas del río). Una placa en el puente recuerda que a Albert Einstein, que vivió un tiempo en Pavía, le gustaba mucho este lugar.