La opinión de la Guía Michelin
Junto con su exuberante jardín, la iglesia de San Juan de los Ermitaños, obra de Rogelio II (s. XII), constituye un pequeño oasis de tranquilidad y frescor. Este templo, uno de los más famosos de Palermo, se caracteriza por sus formas sencillas y cúbicas, cubiertas con cinco cúpulas que denotan la maestría de los árabes, origen del estilo árabe-normando. Al interior, sobrio y desprovisto de adornos, no llega el ruido incesante de la ciudad.