La disponibilidad tanto de materiales como de mano de obra cualificada explica la excepcional concentración de casas de piedra en el pueblo. A pesar de que sólo la planta principal puede verse desde la calle, las casas de la calle des Érables se construyeron aprovechando el desnivel del terreno y poseen, en realidad, dos o tres pisos sobre el río, lo que les confiere una cierta apariencia de molino. La casa Fiset (no. 679) y la Pothier (no. 549), construidas sobre 1800, son dos buenos ejemplos de este tipo de arquitectura. La casa señorial del no. 500, edificada en 1835, refleja la arquitectura vernácula de Quebec.