Habrá quien se piense que se trata de un museo de los horrores, pero no: horreum en latín significa hórreo, es decir almacén de grano. Este de Narbona, del s. I a.C. y especialmente bien conservado, tenía un tamaño proporcional a la importancia de la ciudad en tiempos romanos y se encontraba sin duda por debajo los edificios del mercado. Sus muros, en excelente estado, muestran diferentes técnicas de albañilería. Los sonidos y la iluminación que pone de realce las ánforas y diferentes elementos esculpidos de sus galerías recrean la atmósfera de un mercado.