Este antiguo convento de clarisas se sitúa al noroeste de Montblanc, en una pequeña loma que nos proporciona unas vistas espectaculares. Muchos han sido los papas y reyes que protegieron este santuario en el que se venera a la Virgen de la Sierra, una talla de alabastro policromado del s. XV que goza de mucha devoción en la zona.