El Entierro de Cristo (1490) constituye un conjunto de una extrema elegancia en el que se representa, en tres niveles, los últimos episodios de la Pasión. Los personajes fueron tallados en la piedra caliza de la región por un artista anónimo. El centro de la escena está ocupado por Cristo en su sudario, sostenido por Luis I de Amboise, obispo de Albi. Admire la expresión de los rostros y los detalles de los trajes de los personajes dispuestos a modo de cortejo. Destacar también una Piedad del s. XV, un Cristo crucificado (s. XV) y un Cristo atado a la columna.