La opinión de la Guía Michelin
Nombre evocador de uno de los néctares que acompaña el foie gras, Monbazillac es también un pueblo y un castillo del s. XVI emergiendo de un mar de viñas por encima del valle de Bergerac. La arquitectura del edificio fluctúa entre la sobriedad militar y la elegancia renacentista: su foso seco y su camino de ronda ciñen una fachada salpicada de ventanas con parteluces y rematada por tragaluces labrados. En el patio de honor, los lagares han sido transformados en restaurante. La tienda propone vinos y productos regionales.