Este claustro de finales del s. XI a la sombra de un gran cedro respira un encanto incomparable. Admire la gracia de sus arcos y columnas, simples y geminadas alternativamente, así como la armonía de tonos de sus mármoles, blancos, rosas, verdes y grises. La decoración escultórica de los capiteles presenta una gran variedad temática: animales, follajes, motivos geométricos y escenas de la Biblia.