La opinión de la Guía Michelin
El antiguo refectorio del convento alberga la Última Cena, el celebérrimo fresco que Leonardo da Vinci pintara entre 1485 y 1497 por encargo de Ludovico Sforza el Moro. Se trata de una composición muy estudiada -el espacio pintado parece una prolongación del espacio real- y dramática que ilustra la institución de la Eucaristía. En la pared de enfrente puede verse un Cristo Crucificado (1495) de Montorfano, completamente eclipsado por su mediática vecina.