La opinión de la Guía Michelin
La cueva de Trabuc, la más grande de las Cevenas, ya fue habitada en el Neolítico. También dio cobijo a los romanos, sirvió de refugio a los camisards que huían de las guerras de religión y, por último, de guarida de forajidos que iban armados con pistolas o trabucos, e ahí el nombre. En ella pueden verse la sala del Gong y su gran banderola con forma de oreja de elefante, los gours, las "cascadas rojas" teñidas por el óxido, el excepcional paisaje subterráneo de los Cien mil soldados y el lago de Medianoche, de aguas cristalinas.