Descubierta en 1965 en la meseta de Méjannes-le-Clap, la cueva de la Salamandra es, con sus 100 m de diámetro y sus 30 m de altura, una de las cuevas más bonitas de Europa. Dos túneles han sido acondicionados para que el público pueda acceder a su interior. Si le gustan las sensaciones fuertes, una bajada en rapel de 50 m permite abordar la inmensa sala por el techo.