Pasada la puerta de esta villa del s. XVII propiedad de la familia Grabau desde el s. XIX se entra en un parque de 9 ha salpicado de fuentes y plantado de numerosas variedades que acaban creando un conjunto incomparable. Podrá admirar un teatro vegetal, un jardín inglés con árboles gigantes y plantas exóticas y un jardín italiano tachonado de limoneros de los ss. XVIII y XIX.