Esta espléndida columnata curva de hierro forjado es una de las muestras más bellas de la arquitectura termal del s. XIX que aún siguen en pie. Fue acabada en 1889 en estilo neobarroco y entre 1973 y 1981 fue total y fidedignamente restaurada. Un bonito paseo la comunica con la fuente de la Cruz y la columnata de la fuente de Carolina (Karolínin pramen). A mitad del paseo se yergue la Fuente cantadora, un extraordinario espectáculo controlado por ordenador y acompañado por la noche de efectos luminotécnicos.