La opinión de la Guía Michelin
Conjugando la nobleza del Renacimiento italiano con los albores de un manierismo lúdico y desconcertante, esta suntuosa villa fue construida por Giulio Romano sobre una antigua villa romana entre 1525 y 1535 para albergar la "honesta ociosidad" de Federico II de Gonzaga. En lo que a decoración se refiere, el erotismo más libre, incluso el más crudo, alterna con los símbolos políticos. El resultado es un recorrido sincronizado y caprichoso a la vez, que nos reserva todo tipo de sorpresas.