El mercado al aire libre más antiguo y más grande de la ciudad, situado en la planta baja del edificio Homer Laughlin (1897), donde tuvo un despacho, en su día, el arquitecto americano Frank Lloyd Wright. En 1917, unos grandes almacenes fueron transformados en el mercado actual, conservándose el exterior, mientras que el interior es ahora un espacio iluminado por los anuncios de neón. 38 comerciantes multiculturales venden de todo, desde productos frescos y charcutería, a flores y comida para llevar. El mercado es muy popular entre los empleados del centro de la ciudad y los turistas que patean la ciudad y quieren tomar un bocado rápido.