Antigua manufactura de cristal de la reina María Antonieta, el palacio, rodeado por un parque de 28 hectáreas, fue la residencia de los Schneider, familia de magnates de la metalurgia. En la actualidad acoge la oficina de turismo, el Museo del Hombre y la Industria, así como exposiciones dedicadas a la misma temática. Las dos torres cónicas corresponden a los antiguos hornos, una alberga hoy un pequeño teatro y la otra exposiciones temporales organizadas por la galería de arte municipal.