Un campanario labrado y bonitas piedras doradas: los aficionados a la fotografía están de enhorabuena. Para los cristianos de Oriente, la iglesia se levanta por encima de la tumba de Lázaro, quien tras su resurrección habría vivido y muerto en Chipre. Su tumba fue descubierta en el s. IX y sus reliquias trasladadas a Constantinopla. No todas: en 1972 fueron hallados algunos huesos por debajo del altar. Hoy, numerosos fieles acuden para bajar a la cripta después de besar las imágenes del imponente iconostasio del s. XVII.