Hay que estar en forma, ya que tendrá que subir toda la colina. La iglesia data del s. XII, aunque su campanario, de granito, es del s. XV. Fíjese en el curioso ábside románico antes de entrar. Ya en el interior cabe destacar, en la cripta, un magnífico Santo Entierro con imágenes de piedra policromada (s. XVIII) a tamaño natural. Desde la terraza podrá disfrutar de una magnífica vista de la ciudad y el valle.