Construida en ladrillo rosado en los ss. XIV y XV, la iglesia impresiona sobre todo por la audacia y altura de su alzado . La torre va haciéndose más esbelta a medida que gana en altura y adquiere forma octogonal en la cima a 130 m de altura. En el exterior pueden verse varias lápidas sepulcrales. El interior, muy homogéneo, es luminoso y proporcionado. Los pilares octogonales, de aspecto frágil, impulsan las bóvedas a 29 m de altura. Una bella talla de la Virgen con el Niño, obra de Hans Leinberger, realza el altar de la nave lateral derecha.