Esta isla dejó de estar aislada en 1970, cuando por encima del estrecho fue lanzado el único teleférico de Irlanda. La cabina tiene capacidad para seis pasajeros o para una vaca y su amo. El paseo por la isla, recorrida entre otros caminos por el Beara Way, le permitirá ver una profunda grieta en el acantilado en la que transcurrió un episodio crucial del conflicto anglo-irlandés, las ruinas de un monasterio del s. XVI asolado por los piratas y, en el islote de d'Oilean Beg, los vestigios del antiguo castillo y de St Michael's Chapel.