Hojo Tokimune (1251-1284), octavo regente y gobernador militar de Kamakura, mandó levantar el templo zen Engaku-ji para honrar la memoria de los japoneses y mongoles muertos durante la doble tentativa de invasión (1274 y 1281) emprendida por el jefe mongol Kublai Kan. El edificio combina kato mado (ventana en forma de campana) y sankarado (baquetillas de madera), dos rasgos característicos de los templos zen. Engaku-ji se visita sobre todo por su pabellón de las Reliquias, donde se guarda un diente supuestamente de Buda.