Con un edificio principal rodeado de fosos por tres costados, este castillo del s. XVI debe su nombre a la belleza de un parque que maravilló a más de un huésped ilustre. Un jardín de estilo francés, bancales de plantas medicinales y aromáticas, un huerto con más de 70 variedades, un laberinto vegetal y un parque romántico invitan a pasear. El castillo, primorosamente restaurado, merece también la visita, sobre todo por el salón con cinco impresionantes vigas que hoy funciona como espacio expositivo.