La opinión de la Guía Michelin
La "duna de la puesta de sol" se alza como una pared frente al mar, a la entrada de la localidad. Desde la cima (30 m) se puede asistir al lento espectáculo de ver el sol zambulléndose en el océano. El cielo se vuelve violáceo y la arena se viste con reflejos dorados. Es una de las dunas "móviles" del parque, que terminará desapareciendo, empujada por el viento por el lado de la playa y roída por las olas por el otro lado.