Construida entre mediados del XVI y finales del XVII según planos de Vandelvira, la catedral es uno de los más bellos exponentes de arquitectura renacentista en Andalucía. La extraordinaria fachada principal es comparable a la de un palacio, mientras que el interior es sobrecogedor. Destacan en particular el crucero, obra maestra de Pedro del Portillo y Juan de Aranda, la excepcional sillería del coro y el lienzo del Santo Rostro, el tesoro más preciado de la catedral.