Esta iglesia fue mandada construir a mediados del s. XVI por Fernando I para albergar el extraordinario mausoleo de su abuelo Maximiliano I, obra cumbre de la escultura alemana del Renacimiento. El estilo gótico de la iglesia está parcialmente enmascarado por añadidos renacentistas y barrocos. También se ha convertido en el santuario nacional del Tirol con la sepultura de Andreas Hofer, instigador de la sublevación de 1809. La capilla de Plata aneja alberga el sepulcro de Fernando II del Tirol.