La catedral del Espíritu Santo es una de las iglesias góticas más destacadas del país. Fue fundada en el s. XIV por la reina regente Isabel, viuda de Venceslao II y ha experimentado varias transformaciones, especialmente en el s. XIX. En el exterior, destacan sus altas torres gemelas (40 m) de ladrillo. En el interior, sobrio y de gran alzado, encontramos algunos tesoros como las pilas bautismales de estaño y la pintura de altar que representa a San Antonio de Peter Brandl (1686-1735).