Este templo fundado en el s. XVIII y varias veces remodelado resulta bastante kitsh con sus colores pastel. Aquí, al igual que en los otros 50 santuarios de Hong Kong, se venera a Tin Hau, diosa del Mar y patrona de los pescadores. El fervor es grande y los ritos resultan conmovedores: se quema incienso y se piden deseos que se atan a los árboles con forma de mensajes y lazos. Por la noche los alrededores del templo se llenan de predicadores de buenaventura y otros videntes que leen en las líneas del rostro o en las cartas, mientras que se los karaokes se improvisan bajos los banianos.