Este museo del Memorial por la Paz tiene más de un mérito, el primero de todos la objetividad, ya que expone el horror desatado por los americanos sin ocultar las exacciones cometidas por el ejército japonés durante el conflicto. Este enfoque pedagógico bien aplicado se completa con sobrecogedoras evocaciones del cataclismo nuclear: fotos, testimonios en vídeo, reconstituciones de calles devastadas pobladas por maniquíes que impactan por su realismo, objetos hallados entre las ruinas que llevan los estigmas de la tragedia... Saldrá conmocionado y más sabio.