Entre los ss. VI y X, las hordas bárbaras amenazaban Capadocia obligando a sus habitantes a enterrarse y a reproducir "en negativo" el mundo de arriba, con sus santuarios y sus comodidades (amplias salas, letrinas, almacenes, etc.). La entrada, un pozo casi invisible, nos acerca a un mundo insospechado. Se calcula que hay unas 150 de estas ciudades subterráneas, una de las mayores atracciones de Capadocia, aunque las mejor excavadas son Derinkuyu y Kaymakli, la mayor de todas.