Este palacio rococó del s. XVIII -inmerso en un magnífico parque y todavía habitado- alberga la mayor colección privada de pintura de Dinamarca. En su galería se exponen numerosos retratos y algún que otro lienzo de pintores de renombre, mientras que la capilla, comunicada con el edificio principal, está profusamente decorada con paneles labrados. El parque es una verdadera delicia en mayo, cuando tulipanes y demás bulbos florecen al pie de grandes árboles centenarios.