La opinión de la Guía Michelin
La catedral se reconoce por su asombrosa fachada bicolor en la que el blanco del enlucido contrasta con el rojo de la toba. Construida a finales del s. XV, se trata de la primera catedral portuguesa de ultramar. En el interior, el contraste formado por las blancas arcadas góticas festoneadas de basalto y la Capela do Santisimo, un derroche de dorados, no pasa desapercibido. Con todo, el elemento más característico de la Sé es el magnífico techo mudéjar de cedro con motivos incrustados de marfil.