Construido con arenisca verde en la ladera de una colina a finales del s. I, el anfiteatro alcanzaba una altura de 28 m (13 en la actualidad) y podía acoger unos 14.000 espectadores venidos para ver las ejecuciones de los condenados a muerte (por la mañana), y los combates de gladiadores (por la tarde). La estructura de hormigón blanco y metal que rodea los cimientos de origen cumplen una triple misión: frenar el deterioro de los vestigios, devolver al edificio sus proporciones primigenias y devolverle su función.