La silueta de esta basílica terminada en 1869 es indisociable del paisaje urbano de Esztergom a causa de sus dimensiones (117 m de largo por 47 de ancho y 100 de alto) y de su situación por encima del Danubio. Lo más interesante sin embargo es la capilla Bakócz, uno de los exponentes renacentistas más antiguos que existen fuera de Italia. Destacan también el Tesoro, compuesto por más de 350 objetos sagrados, y la cripta, donde están enterrados numerosos cardenales húngaros.