La opinión de la Guía Michelin
Este antiguo barrio de pescadores, que goza de un magnífico enclave, se ha convertido en el centro de la vida nocturna ibicenca, sobre todo a lo largo del carrer de la Mare de Déu. En este reducido espacio los cubos blancos de las casas se entrelazan y superponen componiendo un pintoresco caos surcado por callejones y escaleras excavadas en la misma roca. Visítelo tanto de noche por su animación como de día, cuando el barrio recupera la tranquilidad.