La opinión de la Guía Michelin
Eger permaneció bajo el yugo otomano desde 1596 hasta 1687. Durante estas nueve décadas, los turcos acondicionaron la ciudad según sus costumbres y necesidades, construyendo mezquitas y baños. De este periodo quedan pocos vestigios. El único que se conserva en perfecto estado es el minarete que, con sus 40 m de altura y sus 14 caras, constituye una interesante visita.