James Craig (1710-1795), un arquitecto desconocido, ganó el concurso para el ensanche de Edimburgo. Una vez construido North Bridge por encima del valle, espléndidas plazas y calles vieron la luz siguiendo un plano en forma de damero: Georges Street, la calle central, Princes Street al sur y Queen Street al norte. Destaca la armonía de los edificios, que cuida hasta en el menor detalle todos los elementos decorativos, dándole un carácter único a la ciudad nueva. Ésta se extendería progresivamente con multitud de zonas verdes.