Construido sobre una colina que domina la Llanura de Francia y rodeado de bosque, este palacio (s. XVI) de aspecto semidefensivo ha conservado intacto la refinada decoración de sus aposentos. Hoy alberga las fabulosas colecciones de artes decorativas del Museo Nacional del Renacimiento, el único de Francia dedicado a este periodo. Tras cinco años de restauración, las fachadas del palacio han recuperado su esplendor de antaño.