Esta fortaleza, erigida en el s. XIV y ampliada dos siglos después, presenta una robusta torre cuadrada rematada con un campanario de madera y sólidas murallas con contrafuertes. El interior, de forma irregular y con dos niveles de galerías de madera, sorprende por su ligereza. Desde el restaurante instalado en la planta baja se divisan las salas abovedadas, mientras que los dos pisos superiores están ocupados por el museo (observe la bonita viguería) y por una galería de exposiciones. La leyenda cuenta que se salvó de la invasión otomana gracias a un gallo.