La opinión de la Guía Michelin
Este litoral aislado y agreste sufre de lleno los embates de las tormentas invernales del Atlántico. Profundas calas, escabrosos acantilados y playas de arena tienen como telón de fondo espectaculares montañas cubiertas de turberas y paisajes prácticamente vírgenes. En la costa N, las tierras están cortadas por muros de grandes piedras redondas y salpicadas por minúsculas casitas blancas, cada una con su propia pila de turba. Sus tejados de bálano están sólidamente trabados para resistir los implacables vientos del invierno.