Atravesar los Cárpatos por la Transfagarasan es una experiencia indispensable para los amantes de las sensaciones fuertes. El trazado de esta vertiginosa carretera constituyó una verdadera proeza técnica. Se abre paso por un estrecho corredor que cruza el corazón de un magnífico marco de montañas, cuyos paisajes recuerdan los Alpes, culminando a 2.034 m. La carretera lleva hasta la presa Vidraru (166 m de alto) y pasa luego por el lago glaciar de Bâlea, de donde salen numerosas excursiones.