Esta majestuosa basílica real edificada en el s. XV debe lo esencial de su esplendor a Luis XI. De hecho, el monarca reposa en el panteón que da a la nave. La sobresaliente capilla de Santiago, ricamente decorada en estilo gótico, fue construida para servir de tumba a Gilles de Pontbriand, superior de la iglesia, y a su hermano. Admire asimismo la vidriera del coro (s. XVI) y las sillas talladas con las iniciales entrelazadas de Enrique II y Diana de Poitiers.