El clermontés Blaise Pascal (1623-1662), creador de una máquina calculadora e inventor de la carretilla, ideó también una carroza de bajo coste y recorrido fijo considerada como el antepasado del transporte público. Tras calcular la presión estática del aire en Puy-de-Dôme, este filósofo cercano a los jansenistas y autor (póstumo) de los famosos Pensamientos, apenas dejó ámbitos de expresión a sus sucesores. Era de justicia pues que su imagen adornara una de las plazas de la ciudad.