Esta iglesia románica desacralizada fue el foco religioso de uno de los barrios más animados de Chartres, el de los "oficios del río": molineros, tintoreros, zapateros, bataneros y curtidores. En el s. XVI se le añadió un presbiterio y una capilla absidial sustentados por arcos sobre el Eure que, lamentablemente, desaparecieron en 1827. Hoy la colegiata funciona como un lugar cultural que alberga exposiciones y eventos.