La azotea del castillo de Chambord ofrece un espectáculo único. Linternas, chimeneas, escaleras y lumbreras se entremezclan obedeciendo únicamente al capricho del escultor y luciendo un sinfín de símbolos reales: iniciales de Francisco I, salamandra coronada, candelabros en llamas, flores de lis... La corte pasaba aquí la mayor parte del tiempo al ritmo que marcaban la caza, las revistas militares, los torneos o las fiestas. La escalera se prolonga por encima de la azotea desplegándose en forma de hélice hasta formar una magnífica linterna de 32 m.