En un estilo distinto a las de Revash, las sepulturas de Karajía se presentan en forma de purumachus, grandes sarcófagos antropomorfos de barro seco, colgados en posición vertical en unos balcones excavados en el acantilado. En el interior de los purumachus están las momias cuyas cabezas, o máscaras decorativas -también de barro seco-, están selladas sobre el sarcófago y decoradas con una especie de tocado o de casco que hace pensar que se trata de sepulturas de dignatarios o jefes guerreros.