El emperador Tiberio vivió aquí durante los últimos diez años de su reinado. Las excavaciones arqueológicas han permitido descubrir las viviendas de los sirvientes, las cisternas que alimentaban los baños y los aposentos imperiales, con una galería asomada al mar. La explanada (donde se levantó una iglesia) brinda una panorámica de toda la isla. El salto de Tiberio, en la parte trasera, es el lugar desde el que según la leyenda el emperador despeñaba a sus víctimas.