Fundada hacia finales del s. XI por Lanfranco de Canterbury, la iglesia acogió a Enrique II en 1174 tras haber hecho penitencia por haber participado en el asesinato de Tomás Becket. Cuando Tomás Moro, lord canciller de Inglaterra, fue decapitado en 1535, su hija Margarita, esposa de William Roper, recuperó la cabeza de su padre, que desde entonces descansa en el panteón familiar de los Roper, en el interior de la iglesia.