Buena parte de la actividad brujense se centra alrededor del Markt, una plaza a la que se asoman bonitas casas dotadas con esbeltos hastiales -donde tenían sus sedes las diferentes corporaciones locales- y la lonja coronada con una espectacular torre. El centro de la plaza está presidido por la estatua de Pieter de Coninck y Jan Breydel, héroes de la revuelta de 1302. Al este de la plaza se alzan tres magníficos edificios de estilo neogótico: el palacio provincial, correos y el Historium, que transporta al visitante hasta el s. XV, cuando la ciudad vivió su edad de oro.