La bonita iglesia barroca de Santa Walburga fue construida por Pieter Huyssens en 1643. En un principio estuvo dedicada a San Francisco Javier, cuya estatua figura en la sobria fachada. Una sobriedad que contrasta con la exuberancia del interior, donde domina el color blanco. Destacar el banco de comunión de mármol de Hendrik Frans Verbruggen, un púlpito del s. XVII y un jubé de estilo rococó.